Pepe Mujica - el Presidente: cuando la cámara enfoca el aspecto humano

— por Luis Vélez Serrano, Soleura, enero 2020. En el programa del «Solothurner Filmtage, sección «Rencontre» dedicada a la cineasta suiza Heidi Specogna —

Mujica goza de popularidad y de carisma innegables: personaje ideal para un filme, un libro, etc. Por encima de ideologías o tendencias, todos o casi todos encontramos en Pepe Mujica un personaje auténtico, singular, en la «especie política». Y ésto es lo que muestra precisamente Heidi Specogna en su documental «Pepe Mujica, el Presidente» (2014, 94' documental): un Mujica fiel a sí mismo.

La cineasta suiza Heidi Specogna, ya tenía mucha información sobre Mujica e interés en el tema, cuando hizo su película sobre «Los Tupamaros» (1997), guerrilleros que protagonizaron una fuga carcelaria espectacular en Uruguay y luego algunos como Mujica llegaron al parlamento, cuando volvió la democracia. Desde el rodaje de esa película, Specogna mantuvo contacto con Pepe Mujica y con su esposa Lucía Polansky, ambos aparecen en «Tupamaros» y luego serán los protagonistas, sobre todo Pepe, de la segunda película que comentamos en estas líneas.

Mujica: No he traicionado al joven soñador que existe en mí

Generalmente los jefes de Estado preparan sus discursos o artículos, los hacen corregir y revisar por sus asesores, cuando no encargan la redacción de los mismos a equipos profesionales. Muchas veces citan a grandes filósofos o autores célebres de los que han leído poco o no lo suficiente. Sería harto injusto reprocharles porque es «normal» que un jefe de Estado o de gobierno no disponga de tiempo y material, e incluso de conocimientos, para elaborar documentos importantes sobre temas que no son de su dominio. Pepe Mujica es en esto también es único, él tiene una «sabiduría» popular, la repite, hace gala de su memoria y de un sentido común extraordinarios, pero sobre todo, resalta su autenticidad, su fidelidad a sí mismo, a sus principios. Esto se aprecia en el documental de Specogna: «No he traicionado al joven soñador que existe en mí». Esta es, en nuestra opinión, la pincelada principal del retrato.

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La lectura del filme es, como la de muchas obras de este tipo, dependiente de la «competencia» del espectador: quién conozca más del Uruguay, de su historia y política, podrá hacer una lectura más profunda, contrastada y crítica. Quién sólo conozca algo del ex-presidente uruguayo, o de ese magnífico y pequeño país «oriental», no saldrá decepcionado, verá pinceladas de un retrato en contexto. Empero, cada lectura es diferente dependiendo de la «competencia contextual» del espectador. La directora del filme, escoge «momentos» en la vida y también en la actividad política de Mujica para dar sus pinceladas a este retrato. Completo no lo es, tampoco fue el objetivo del documental, ni parece ideal para un filme. Hace unas líneas, decía «un retrato en contexto», porque la cineasta helvética muestra también, al mismo tiempo, «momentos» del Uruguay, de su sociedad y de su historia reciente. Dicho esto, coincido con la crítica en que no se ven «lecciones» de historia, no hay academicismo. Otra pincelada, la contextual: ver momento políticos del Uruguay, no solamente de Mujica.

Sin perder la profundidad, hay en veces, una franqueza campechana, respaldadas con escenas de la vida doméstica. Pepe no sólo habla de política, tiene su filosofía sencilla pero llena de valores: la felicidad, como él la vive y la aconseja vivir, con su mujer, su rancho y su perra. El desapego de lo material, la crítica al consumismo, su amor y respeto a la naturaleza que en este cultivador de flores llega a ser una pasión. Esta última característica, unida a su ateísmo, lo convierte en casi «panteísta». A veces es vulgar en sus expresiones, pero nunca es ofensivo. Es una manera que tiene de estar con el pueblo, de hablar como en la calle ... tomando un mate. Agregar a esto sus dichos, su sentido del humor a veces pueblerino, pero lejos del humor irónico al uso político.

Articulación de las pinceladas

La directora de la película, utiliza imágenes de su primer filme «Los Tupamaros», imágenes en las cuales vemos a Pepe más joven de cultivador y vendedor de flores, junto a su compañera Lucía Topolansky. El ex guerrillero que participó en la fuga carcelaria más espectacular de América Latina, el luchador contra la dictadura, herido de bala y recapturado, se ve como un modesto ciudadano y lo valorable es, que luego seguirá siendo un modesto ciudadano «presidente». No cambió ni su coche, ni su casa ... En una escena de la primera película (Tupamaros), Pepe se pregunta si algún dia un Tupamaro llegará a ser presidente ("). Esta premonición articula las imágenes de la primera película en la segunda que muestra a Pepe Presidente. Es el puente que conecta las dos películas.

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Fuera del guión, Mujica se exclama: «¡Yo no soy actor!»

Sus reflexiones sobre el poder político que son muchas, se ven este esta película contadas veces, quizá porque rara vez aparecen aisladas. Su preocupación es reducir la pobreza y su ideal es transmitir un mensaje generacional, un mensaje a los jóvenes; son éstos elementos recurrentes en su discurso. Specogna en sus pinceladas ha puesto de manifiesto lo esencial de la vida y la personalidad de su personaje. Da una semblanza del hombre y del presidente. Heidi Specogna nos ofrece una visión humana, pinceladas casi poéticas de la vida personal de Mujica, nos ofrece una visión histórica cuando enfoca al Pepe Mujica presidente y lo vemos gobernando, y nos ofrece además, como dijimos, vistazos a un Uruguay social y político, el contexto en el que se desenvuelve el personaje. Es este último que da un marco histórico al retrato, para que no sea solamente la vida de un hombre singular.

Los que conocen algo de la vida de Mujica y de la política uruguaya, revivirán en este filme «momentos» que ampliarán con sus personales competencias, con sentido crítico o sin él. Los que por primera vez se acercan a los rasgos biográficos de este ex Preisdente, podrán apreciar lo básico de la vida de un político no común, de un político honesto y exageradamente sencillo. El espectador de cualquier tendencia política o ideológica, tendrá una simple pero elocuente introducción a la semblanza de un hombre íntegro.

José Mujica en el celuloide

Sobre José Mujica se han filmado tres documentales, los tres en 2014, hasta donde sabemos.

— «Yo soy J. Mujica. El poder está en el corazón» de Lucía Wainberg (Uruguay-Francia).

— «El último héroe» de Emir Kusturica (Serbia). «Es la primera vez que un Presidente deja un gobierno con tanta gloria» (Kosturica).

— «Pepe Mujica - el Presidente» de Heidi Specogna (Suiza).

(*) «Al final del documental Tupamaros podía verse a Mujica plantando flores y preguntándose sobre su futuro. Allí dice no sentirse cómodo como legislador ni en el círculo político, pero mirando a la cámara se pregunta si los tupamaros podrán correr el riesgo de gobernar el país algún día, un pensamiento profético cuyo alcance se pone a prueba en este nuevo filme de Specogna». (montevideo.com.uy)

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